Photoshop permite el cambio de imágenes que en su formato original están a color y nosotros queremos transformar en blanco y negro. Para lograr este efecto de forma muy rápida, lo que vamos a hacer es eliminar la información de color que incluye la imagen y, de esta forma, sólo veremos la escala de grises aplicada.

Abrimos la imagen que queremos editar en nuestro programa de Photoshop y accedemos al menú superior Imagen > Modo > Escala de grises. Aquí veremos que podemos modificar el modo de la imagen hacia otros tipos de visualización, pero el que nos interesa en estos momentos es el de Escala de grises. Si lo seleccionamos, el programa nos pregunta si confirmamos que queremos eliminar la información de colores de la imagen (salvo que hayamos configurado que este tipo de mensajes de confirmación no nos aparezcan). Pulsamos evidentemente “Aceptar”.


Automáticamente, la información de los colores se elimina y sólo vemos una escala de grises en la imagen que estamos editando. Esta opción, si bien es muy útil y rápida, resulta insuficiente si queremos mostrar una imagen con una calidad mejor o incluso de estilo profesional.

Por esa razón es importante, a continuación, editar las opciones de los niveles en la escala de grises. Esta opción está disponible en las modalidades cromáticas, pero en el modo de Escala de grises es realmente útil y más fácil de manejar, siempre que no queramos un detallismo extremo en nuestra configuración.



Si accedemos de nuevo al menú superior Imagen > Ajustes > Niveles (opción a la que podemos acceder también directamente si pulsamos Ctrl + L), nos aparecerá una pantalla en la que podremos gestionar los balances de negros, grises y blancos de la imagen.


Tenemos la opción de modificar los niveles de entrada y los de salida. Si desplazamos las flechas correspondientes a cada color, podremos variar el porcentaje del mismo en la imagen que editamos, permitiendo así una mayor presencia del negro, del gris o del blanco que, a su vez, nos proporcionará más oscuridad, definición de grises o claridad.

También podemos manejar de forma más general los niveles de salida, desplazando las flechas negra y blanca de la parte inferior de la pantalla de edición que tenemos visible.

La mejor forma de editar una imagen en blanco y negro y conseguir los resultados óptimos que estamos buscando, es con una combinación de las distintas opciones que nos aparecen, calibrando así los tonos negros y blancos hacia derecha o izquierda, con el fin de obtener resultados notables.


De forma avanzada y con más detalle que en los apartados anteriores, podemos editar las sombras e iluminaciones de la imagen, si accedemos a la pestaña Opciones de la ventana de edición. Aquí podemos variar los parámetros de cada uno de los dos factores o bien seleccionar desde el panel cromático, pulsando en cada uno de los cuadrados que aparecen, aquella tonalidad que queremos implementar en nuestra imagen en blanco y negro.


Antes de cerrar la edición que hayamos aplicado. Podemos guardar los niveles como archivo “.alv”, para en un futuro cargarlos y aplicarlos en otra imagen que queramos editar. Independientemente de esta opción, recordad siempre que para salir de la ventana de edición debéis pulsar en OK, ya que si pulsáis en Cancelar, la imagen volverá a su estado original.